DÈJÀ VU ELECTORAL
Que nos encontramos desde hace mucho
tiempo en una sociedad de valores en decadencia, todo el mundo lo sabe, e
incluso lo dicen con gran cinismo quienes menos pueden alardear de ellos. Como
Groucho Marx decía: “Estos son mis principios,
si no te gustan, tengo más” Además, me permito añadir que nuestra sociedad
está enferma por ausencia del más simple de los raciocinios, de la lógica más
primaria, y es sobre esto sobre lo que quisiera reflexionar en relación a las
próximas Elecciones al Parlamento Europeo.
De nuevo una vuelta más de tuerca
hacia ningún sitio, hacía la cansina repetición de lo ya establecido. Treinta y
cinco millones de votantes en este país y el resultado son, que diez millones
no van a votar, y que dieciocho vuelven a reincidir sobre los mismos que ya nos
engañaron antes, antes de antes, y antes de… bueno, los mismos que llevan
engañándonos desde casi el nacimiento de nuestra, ya no tan joven democracia. Y
esto me lleva a preguntarme, ¿es qué no lo vemos?, ¿nos va el masoquismo
gubernamental?, ¿nos va la mortificación de estos políticos? Ellos, todos, nos
han estado mintiendo, lo saben, lo sabemos. Nosotros lo aceptamos, convirtiendo
lo que debería ser excepción en normalidad, y ellos lo asumen, habiendo
aprendido que tales onerosos actos de falsedad, no repercuten ya en su imagen,
sus carreras, o en las urnas. Nos achacan para justificar su incapacidad, una
vida por encima de nuestras posibilidades, repitiéndonos conceptos como voto
útil, sociedad del bienestar, consumo, refundación del capitalismo, etc… como
si fuesen verdades absolutas.
Solo se ponen de acuerdo en que nada cambie, para
así, seguir repartiéndose el pastel. No a listas abiertas, no a reformas
constitucionales, no a leyes de control ciudadano para una correcta
gobernabilidad, no a enfrentar los verdaderos problemas en la profundidad,
soterrados en la corrupta raíz de una casta de inútiles gobernantes, con falta
de preparación, y escasa o nula deontología. Y llegados a este punto, ¿por qué
seguimos votándoles? ¿Es por un ancestral miedo a cambiar?, ¿es porque no
existen otras opciones?, ¿es solo inercia? No conozco la respuesta, aunque
cambiar, en ocasiones, no solo es bueno sino necesario. No sé si otras opciones
son buenas o malas, pero sé lo que hemos votado hasta ahora, y elegir entre lo
malo y lo peor, no es ya una opción. No sé si es solo inercia, pero sí lo es,
quiere decir, que en realidad nadie gobierna el incierto destino de esta máquina.
Llegados a este punto, mi última consideración va hacia todos aquellos que
deciden seguir el camino marcado. De entre todos ellos, distinguiré para
simplificar, a solo dos tipos de ciudadanos. Los paniaguados de esos dos
partidos que siguen gobernando hasta la saciedad, y los demás. A los
paniaguados casi diría que puedo comprenderlos, dependen de su partido, ellos,
sus hijos, y puede que antes que ellos dependieran sus papas. Si mi trabajo, el
de mis hijos, el pan en mi casa, dependiera de ello, puede que también yo
votara lo más adecuado a mis intereses; puede. Luego están todos los demás
ciudadanos, de unas u otras ideologías, a los que se nos supone un mínimo
discernimiento, y a los cuales por supuesto no cometeré la torpeza de decirles
a quien deben de votar, aunque sí creo dejar claro en este texto, quién no
merece ser votado.
La expresión ostracismo proviene de la antigua Grecia. Los
griegos votaban en el interior de una ostra, quien entendían que no debía
gobernar, quien no merecía ese gran honor. Pero sí les diré, que regresen a lo
más profundo de sí mismos, que empleen la lógica, que utilicen el instinto y se
olviden de tanta basura mental, que pongan sus mentes en blanco para desde ahí
llegar a un pensamiento claro, sencillo, lúcido.
Dicen que Jesucristo ponía la
otra mejilla cuando alguien le agredía. A los ciudadanos de este país llevan
agrediéndonos ya mucho tiempo, y queriendo o sin querer poner la otra mejilla,
ya nos han dado de ostias por la derecha y por la izquierda. Remediarlo empieza
en las urnas. Los políticos que nos representen serán verdaderamente nuestro
reflejo; puede que el reflejo de una sociedad enferma.
RUMPELSTYSLKY
Blogs: http://jmramonp.blogspot.com/
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